Tratamiento con plasma rico en plaquetas

Tratamiento con plasma rico en plaquetas en ortopedia:

¿Cómo se prepara y administra el PRP?

  1. Extracción de sangre: se recoge entre 15 y 60 ml de sangre venosa del paciente.
  2. Centrifugación: con equipos certificados (p. ej., sistemas 510(k) autorizados por la FDA), se separan los glóbulos rojos del plasma y las plaquetas; a veces se realiza un segundo ciclo para aumentar la concentración (hasta 5–7 veces la basal).
  3. Selección de la fracción: el médico elige si usar PRP leucocitario (contiene glóbulos blancos) o pobre en leucocitos, según la indicación: el primero libera más citoquinas proinflamatorias, útil en algunas tendinopatías; el segundo, más antiinflamatorio, se prefiere en artrosis Frontiers.
  4. Infiltración ecoguiada: bajo ultrasonido se visualiza la estructura (tendón, articulación o ligamento) y se dirige la aguja con precisión milimétrica, evitando dañar nervios o vasos.

Indicaciones y evidencia clínica

  • Tendinopatías crónicas (Achilles, patelar, manguito rotador): múltiples ensayos aleatorizados muestran reducción significativa de dolor y mejoría funcional en 6–12 meses. En tendinopatía aquílea, un RCT demostró mejoras en el puntaje de dolor y función del 40 % al año frente a placebo.
  • Osteoartritis de rodilla y cadera: revisiones sistemáticas indican que el PRP ofrece alivio del dolor superior al ácido hialurónico tras 6 meses, aunque la calidad de los estudios varía; se requieren más pruebas a largo plazo.
  • Lesiones de cartílago y meniscos: estudios preliminares sugieren que el PRP puede mejorar la regeneración de fibrocartílago y retrasar la progresión degenerativa, pero son necesarios ensayos controlados adicionales.
  • Rotura del manguito rotador: la adición de PRP en la reparación quirúrgica reduce significativamente las tasas de retear a largo plazo, con OR de 0.36–0.42 según contenido leucocitario y formato de gel.

Ventajas y limitaciones

Ventajas

  • Autólogo: al provenir del propio paciente, elimina riesgo de reacciones inmunitarias o transmisión de enfermedades.
  • Mínima invasión: el procedimiento es ambulatorio, con anestesia local y vuelta a actividades leves en 24–48 h.
  • Estimula la reparación: los factores de crecimiento (PDGF, TGF-β, VEGF) favorecen angiogénesis, proliferación celular y síntesis de matriz extracelular.

Limitaciones

  • Variabilidad en la preparación: diferencias en protocolos de centrifugado y sistemas de recolección generan concentraciones heterogéneas de factores de crecimiento.
  • Evidencia todavía emergente: pese a resultados prometedores, varias indicaciones carecen de grandes RCT multicéntricos de alta calidad.
  • Coste: al no estar siempre cubierto por seguros, el tratamiento puede ser oneroso para algunos pacientes.

Protocolo de tratamiento y seguimiento

  • Número de sesiones: generalmente entre 1 y 3 inyecciones, espaciadas 2–4 semanas, según respuesta clínica.
  • Reposo relativo: se aconseja limitar actividades intensas 48 h tras cada infiltración.
  • Rehabilitación complementaria: combinación con fisioterapia, ejercicios excéntricos en tendinopatías y fortalecimiento muscular en osteoartritis optimiza resultados.
  • Evaluación periódica: ecografía y escalas de dolor/función cada 3–6 meses para determinar necesidad de sesiones adicionales.

Seguridad y efectos secundarios

Las complicaciones son raras (< 2 %). Pueden incluir dolor local transitorio, sangrado leve o reacción inflamatoria aguda (sin riesgo de infección real si se respetan medidas asépticas). No se han reportado efectos adversos sistémicos por tratarse de un producto autólogo.


La infiltración de PRP es una opción terapéutica versátil y segura para múltiples patologías musculoesqueléticas, que aprovecha el poder regenerativo de tus propias plaquetas. Para valorar si es adecuada en tu caso, agenda tu consulta con el Dr. Luis Armando Lares, quien diseñará un plan de tratamiento personalizado y te guiará hacia una recuperación óptima.