Reemplazo Articular de Hombro

Reemplazo articular de hombro: alivio duradero para el dolor y la discapacidad

Cuando el dolor crónico del hombro limita tu vida y el cartílago o el hueso de la articulación están gravemente dañados, el reemplazo articular de hombro (o artroplastia de hombro) puede ser la solución. Esta cirugía sustituye las superficies articulares enfermas por componentes protésicos que imitan la “bola y el zócalo” natural de tu hombro, devolviendo la función y reduciendo el dolor a largo plazo.


¿Anatómico o invertido? Tipos de prótesis

  1. Artroplastia anatómica
    • Se reemplazan la cabeza humeral y la cavidad (glenoides) por una bola metálica y un casquillo de plástico (polietileno).
    • Ideal cuando los tendones del manguito rotador están intactos, permitiendo que los músculos controlen el movimiento de forma natural.
  2. Artroplastia inversa
    • Invierte la geometría: la bola protésica se fija en la escápula y el casquillo plástico en el húmero.
    • Recomendada si el manguito rotador está muy dañado o tras un fracaso de una prótesis anatómica, ya que utiliza otros músculos (deltoides) para levantar el brazo.

Indicaciones principales

El reemplazo de hombro suele indicarse en los siguientes casos:

  • Osteoartritis avanzada (desgaste del cartílago) que causa dolor intenso y rigidez.
  • Artritis reumatoide o inflamatoria con destrucción de superficies articulares.
  • Artropatía por rotura del manguito rotador en la que la anatomía invertida ofrece mejor funcionamiento.
  • Fracturas complejas de húmero proximal no salvables con métodos de osteosíntesis.
  • Fracaso o desgaste de una prótesis previa (revisión protésica).

Materiales de la prótesis

Los implantes de hombro combinan materiales seleccionados para durabilidad y biocompatibilidad:

  • Metales
    • Aleaciones de titanio (Ti-6Al-4V) y cobalto-cromo-molibdeno (CoCrMo) ofrecen resistencia mecánica y facilitan la integración al hueso.
    • El titanio, más poroso, promueve el crecimiento óseo (osteointegración); el CoCrMo resiste mejor al desgaste.
  • Polietileno de ultra alto peso molecular (UHMWPE)
    • Componente de la cavidad articular, funciona como “cojín” de bajo rozamiento frente al metal.
    • Versiones altamente cruzadas reducen la generación de partículas y prolongan la vida útil de la prótesis.
  • Cerámicas y recubrimientos
    • En diseños avanzados se emplean recubrimientos de hidroxiapatita o nanoestructuras que aceleran la fijación ósea.
    • Las cerámicas, aunque menos frecuentes en hombro, reducen aún más el desgaste en casos seleccionados.

¿Cómo es la cirugía?

  1. Evaluación y planificación
    • Estudios de imagen (radiografías, tomografía) y modelos 3D para elegir el tipo y tamaño de implante.
    • Plan quirúrgico personalizado según anatomía y calidad ósea.
  2. Acceso quirúrgico
    • Incisión en la parte frontal del hombro (6–10 cm), separando músculos sin cortarlos, para exponer la articulación.
    • Extracción del hueso y cartílago dañados de la cabeza humeral y la glenoides.
  3. Colocación de los componentes
    • Vástago humeral: se inserta y fija con o sin cemento, según la densidad ósea.
    • Cabeza protésica: se acopla al vástago.
    • Copa glenoidea: se fija sobre la escápula con tornillos y/o cemento.
    • En prótesis inversa, se invierte el montaje de bola y copa.
  4. Cierre y vendaje
    • Se suturan capas musculares y piel.
    • Se coloca un vendaje compresivo y, por lo general, un cabestrillo que inmoviliza el brazo durante las primeras semanas.

Recuperación y rehabilitación

  • Hospitalización breve: 1–2 días en la mayoría de los casos.
  • Inmovilización inicial: uso de cabestrillo de 2 a 4 semanas para proteger la reparación.
  • Fisioterapia temprana: inicia con movimientos pasivos suaves a las 1–2 semanas; promueve movilidad sin poner tensión en el implante.
  • Fortalecimiento progresivo: entre las semanas 4 a 12 se añaden ejercicios activos y de resistencia ligera.
  • Retorno gradual a actividades: la mayoría de los pacientes recupera actividades de la vida diaria a los 3–4 meses; tareas más exigentes y deporte liviano a los 6–9 meses.

Resultados y expectativas

  • Alivio del dolor: más del 90 % de los pacientes experimenta reducción significativa del dolor crónico tras la recuperación completa.
  • Mejora de la movilidad: se restablece un rango de movimiento funcional que permite actividades cotidianas y recreativas.
  • Longevidad de la prótesis: estudios reportan tasas de supervivencia superiores al 90 % a los 10–15 años.
  • Alta satisfacción: los pacientes valoran positivamente la calidad de vida obtenida tras el procedimiento.

El reemplazo articular de hombro es una técnica probada que ofrece alivio duradero y mejora sustancial de la función en personas con articulaciones muy dañadas. Para consultar si eres candidato y diseñar un plan personalizado, agenda tu consulta con el Dr. Luis Armando Lares. Con su experiencia en artroplastia de hombro, recibirás la orientación y el cuidado óptimo para tu recuperación.